Este año, los juguetes ochenteros son los dueños absolutos de la industria fílmica; primero fueron los robocoches, ahora la milicia de plástico se vuelve de carne y hueso gracias al ambicioso proyecto de G.I. Joe. Antes, una pequeña lección de historia: en los años 60 se produjeron soldados de juguete de 30cm que no fueron muy exitosos. Por 1982, la compañía Hasbro decidió relanzar la línea de muñecos con un plus: el escritor de cómics Larry Hama, les creó un background a cada figura modelando así, una psique a cada personaje. Los G.I. Joe no era sólo un juguete, eran soldados. El éxito fue inmediato y durante más de una década, invadieron la cultura pop con series animadas y hasta una tira cómica; pero nunca una cinta con actores.

De hecho, esta cinta no fue planeada en un inicio como una adaptación, sino que el productor Lorenzo di Bonaventura tenía la idea de hacer una película sobre tecnología militar. Entonces uno de los ejecutivos de Hasbro se enteró y y juntos, maquilaron este film acerca de dos de los personajes más emblemáticos de la serie: Duke y Ripcord, y su ingreso a la unidad de fuerzas especiales G.I. Joe. Además, el guión explora el surgimiento de la Organización Cobra, un grupo terrorista, Némesis de los G.I. El director Stephen Sommers (amo del churro veraniego: La momia y Van Helsing) presenta un destello de efectos, explosiones y un casting polifacético: Sienna Millar, Ray Parker, Marlon Wayans, Joseph Gordon Levitt, y Channing Tatum, el héroe de acción de los 2010s