YOU WILL MEET A TALL DARK STRANGER

3/5

Desdehace algún tiempo, a la crítica de cine le encanta destrozar las películas de Woody Allen. Creen que despotricar contra alguna cinta del neoyorquino los hará verse muy conocedores y cool.

Enlo personal no tengo problema con que Allen siga obsesivamente filmandouna película nueva cada año. Es su trabajo, ama el cine, y de vez en cuando, en medio de esa obsesión, nos entrega alguna obra maestra como Matchpoint. Es cierto, ya no es el director que en los 80 o 90 nos entregaba pequeñas joyas, unas tras otra, pero cualquiera de sus obras, por menor que sea, siempre estará por arriba de la media de la mayoría del cine mexicano, por ejemplo.

You wil meet a dark tall strangerno es una obra maestra ni mucho menos. Se trata de un Allen divirtiéndose con sus actores, siendo elegantemente perverso al poner a Alfie (Sir Anthony Hopkins, el mismísimo Hanibal Lecter) como viejito acaudalado que luego de su divorcio comienza a salir con una buenísima call girl que no sólo le vacía la cartera sino que además le obliga a recurrir al Viagra.

Despuéstenemos a la hija de Alfie, Sally (Naomi Watts), que se deja llevar porel flirteo light de su jefe (Antonio Banderas) a pesar de estar casada con Roy (Josh Brolin) un médico que decidió dedicarse -con mediano éxito- a la escritura y que desde el estudio de su casa espía por la ventana a su vecina Dia (Freida Pinto).

Laúnica persona que no se deja seducir por el deseo de lo prohibido es Helena (Gemma Jones, genial), la ex esposa de Alfie y que mejor recurre auna charlatana que dice ver el futuro.

Elejercicio coral de Allen fluye con elegancia, pronto se nos presentan estos personajes y sus deseos. Mucho del humor pende de la contradicciónen el casting: Hopkins como un viejito que toma Viagra, Brolin como un inseguro manipulador, Watts como una rubia desechable que es reemplazadapor una belleza exótica y joven: una Freida Pinto que enamora e inunda ala cámara con su belleza. Todas las actuaciones son brillantes.

Divertida,aunque no de carcajada, lo que queda ambiguo es la extraña lección de moral que Woody pretende mostrar: castiga sin misericordia a todos aquellos que engañan a su pareja y premia a quien decide creer en patrañas como la adivinación de la fortuna.