Por Oswaldo Betancourt

Una comedia romántica con personajes muy cercanos al mexicano promedio. Ulises (Eugenio Bartilotti) es el prersonaje principal, un actor de infomerciales con un sueño frustrado, y su amigo, “el charal” (Héctor Jiménez), es más un valedor de barrio que intentará entrar a este negocio porque quiere ser famoso.

En una fiesta organizada por la empresa, Ulises se reencuentra con Carolina (Adriana Louvier), una amiga de la infancia que actualmente trabaja en la campaña de un político (al que tiene sacar de cada bronca en la que se mete), ella fue su primer amor y va a tratar de conquistarla, a pesar de la desaprobación de su amiga Judith (Alejandra Adame).

Un día el protagonista conoce a su ídolo, Don Claudio Mancera (Edgar Vivar), y éste es, de alguna manera, el oráculo que lo regresa a esforzarse para realizar su sueño: convertirse en actor de teatro.

Ulises, como los demás personajes, tiene su complejidad (no tan profunda): tiene un complejo con su imagen, problema en parte propiciado por su impulso de comer bajo ciertas situaciones. Carolina no parece estar plenamente satisfecha en su trabajo pero sigue aferrada a seguir ahí. La vida de los dos cambia cuando sus caminos se cruzan.

Fachon Models se sostiene en una premisa un poco ñoña pero efectiva: todos tienen una oportunidad en el terreno de cupido, o en la vida en general, y que la apariencia no es necesariamente lo más importante (es peor ser un patán); también tiene la moraleja de que echándole ganotas, nada es imposible y los sueños se pueden cumplir.

Hay momentos de risa propiciados principalmente por el personaje de Héctor Jiménez, es el más simpático e, incluso, llega a robar pantalla con su presencia que, dicho sea de paso, ayuda mucho a levantar la película. La crítica a modo de burla dirigida al mundo de los infomerciales también le da puntos a su favor.

Aunque no hay que hacer de lado al resto del elenco, se agradece que otros actores tengan espacio en la pantalla grande, porque además entregan actuaciones decentes, sus personajes cambian, crecen.

En conclusión, es una película entretenida que pasa sin pena ni gloria, por momentos nos muestra esa realidad que está siempre presente, y principalmente trae un argumento interesante que funciona para pasar un buen rato.