“Dramático chiflado” es como él se llama a sí mismo. Pedro Almodóvar gusta del drama, pero su discurso narrativo tuerce su estructura hasta hacer de éste un género propio.

Sus historias son complejas, en sus inicios se centraron mayormente en la mujer no convencional de la sociedad española (Mujeres al borde de un ataque de nervios, Tacones lejanos), en su fortaleza y los sacrificios que involucra serlo.

Después se adentró en la mentalidad masculina, en Hable con ella y en La mala educación experimentó con ésta, aunque siempre atribuyendo aspectos femeninos a sus personajes. Hoy combina ambas estructuras en melodramas que juegan con la muerte, la sexualidad y los roles sociales.