Por Ira Franco

La mano del experimentado director Peter Bogdanovichhace que la cinta funcione apenas, pero también es la culpable de que esta comedia de enredos amorosos luzca pasada de moda.

Es en Manhattan donde todos se conocen, comparten una terapeuta neurótica (Jennifer Aniston) y sueñan con actuar en Broadway.

Owen Wilson es un director de teatro con pésima suerte: la call girl Izzy, a quien le regaló 30 mil dólares para empujar su carrera, se presenta a hacer una prueba en su obra, en la que actúa su esposa y el ex amante de ésta.

Todo se complica con el viejito obsesionado por Izzy y el dramaturgo que se enamora de ella, a pesar de ser novio de la terapeuta.

A pesar de escenas y actuaciones aceptables, el enredo termina por ser poco creíble y es que, en realidad, la sustancia brilla por su ausencia.