Por Miguel Rivera

La

idea general que tenemos de los exorcismos fue plantada en nuestra

cabeza por aquella película que nos mostraba cabezas girando sobre su

eje, movimientos sobrenaturales y vómitos verdes. La primera intención

de El Rito es cambiar la concepción que se tiene sobre este proceso y

mostrarnos que aún en su tenebrosa naturaleza, un exorcismos no debe ser

tan teatral como se nos ha hecho creer.

Anthony

Hopkins, en su personaje del padre Lucas Trevant se ve en la necesidad

de enseñarle los procedimientos y bases del exorcismo al joven padre

Michael Kovak (Colin O`Donaghue) para así reestablecer su fe en la

iglesia. A través de la experiencia con una chica romana que se

encuentra supuestamente poseída, se empiezan a suceder situaciones en

que dos muy diferentes puntos de vista toman parte. Y es así como se

estructura la película: una constante discusión entre lo que es divino y

demoníaco y lo que puede ser explicado empíricamente por la ciencia.

Ambas teorías se sustentan de buena manera pero al final de la historia,

uno se encuentra lejos de una visión objetiva del asunto, más bien la

cinta te encamina en la idea de aceptar la existencia del demonio ya que

ésta es la única manera de vencerlo.

La

historia en realidad no es muy innovadora y las actuaciones, aunque

bien dirigidas y de matices extensos (como nos tiene acostumbrados Sir

Anthony Hopkins), no llegan a dar nada extraordinario. La real fortaleza

del largometraje es la elección del director Mikael Hafstrom de darle

un giro mucho más realista y mundano al exorcismo. Y es que aún en las

fauces del demonio, un hombre o mujer siguen siendo humanos y tal

definición los limita a controlar cualquier factor externo dentro de

piel y hueso,

La

película es oscura, claustrofóbica de a ratos y hasta logra sacar un par

de sustos bien logrados a través de música estridente y una tensión

bien construida. A final de cuenta es una película sobre exorcismo,

hemos visto cientos, pero refrescantemente, ninguna tan apegada a

nuestro mundo como ésta.