“El sexo vende”, es el credo que hace de Paul Raymond uno de los hombres más ricos de Gran Bretaña. Su carrera comienza como dueño de un club nocturno. Usando sus ahorros iniciales para comprarse un edificio sencillo, Raymond después está en la posición de comprar calles enteras en el Distrito Soho de Londres. Su imperio expandido incluye revistas eróticas y teatros, y su cuenta de banco finalmente aumenta a 650 millones de libras. Pero la vida le da un vuelco cuando su hija Debbie muere por una sobre dosis de heroína a los 36 años.