Por Aldebarán Rodríguez

A diferencia de otras películas de asesinos en serie en las que se muestran más a los crímenes sangrientos que al mismo criminal, El Quinto Mandamiento desde un inicio nos enseña el rostro del asesino y todos los porqués de su comportamiento.

La cinta retrata a Víctor, un joven que de niño escapó de su casa y llegó a la Ciudad de México a refugiarse. Sin trabajo, sin estudios y con una enfermedad mental a cuestas, se gana la vida usando el talento con el que nació: dibujar. Debido al trauma de la violación que sufrió de niño, y a que su mamá prefirió creer en la envestidura e inocencia del sacerdote al que su hijo acusó, antes que en su hijo, él se ha vuelto un enfermo esquizofrénico que hace sus propias interpretaciones de la Biblia, lo cual ha convencido de ver señales divinas, mismas que lo orillan a cometer crímenes contra quienes cree son culpables de pecar en la tierra. Su certeza: al asesinarlas las está salvando de la condena del infierno.

Si a nivel mundial son pocas las películas que tratan sobre el asunto del abuso sexual de sacerdotes católicos a menores de edad, a nivel nacional se pueden contar con los dedos de la mano (y tal vez salgan sobrando algunos).

Bajo la dirección de Rafael Lara (La milagrosa, 2008 y Labios rojos, 2009), nos llega esta película que a pesar de tratar el tema de la pedofilia y la pederastia que existe dentro de la Iglesia católica, no es un filme netamente anticatólico, sino más bien un thriller psicológico que explora las razones que alguien puede tener para justificar desde asesinatos hasta violaciones.

La actuación que se lleva la película, incluso por sobre la del protagonista, Guillermo Iván (como Víctor), es la del primer actor Ernesto Gómez Cruz, quien en su papel del cura José nos muestra una visión de cómo a las personas les resulta más fácil y cómodo pedir ayuda espiritual que psicológica, a la hora de arrepentirse por un crímen cometido.

El quinto mandamiento es una buena película que vale la pena ver, tanto por el trabajo que se hizo en su fotografía y su sonido como por el tema que trata, más aún en estas fechas en que el Papa Benedicto XVI visitará por primera vez tierras mexicanas. Habrá que esperar las reacciones tanto en favor como en contra que seguramente generará esta cinta.