El realizador Tran Anh Hung ha desarrollado una historia de sentimientos, dulzura y gran belleza visual. Pero más allá de la imagen visual está la denuncia de una mujer servil, acostumbrada al servicio constante a los hombres; una servidumbre impuesta por ella misma y que de cierta forma es parte de su propia espiritualidad, y en la que el amor no sólo no rompe esta servidumbre sino que la afianza y la convierte en una cuestión de belleza y fidelidad. La papaya es algo simbólico, un simple giro poético para evocar las labores domésticas de la mujer, única que prepara esta verdura que, una vez madura, se convierte en fruta. El aroma identifica a una historia típica de Vietnam, en la que el realizador rescata la otra cara de su país: la tranquilidad, la belleza y la dulzura cotidianas al margen de una guerra que ha quedado distorsionada y reflejada de una manera abusiva, por parte de numerosas cintas norteamericanas. Tianguis de comida a partir de las 18:00hrs en la plaza de la Cineteca.