Por Josue Corro

El rey del cine deportivo y del

melodrama masculino, es y seguirá siendo el box. La razón es sencilla: a

diferencia de otros deportes, el ring enfrenta a dos hombres solitarios, y su

aislamiento es la analogía perfecta entre cualquier batalla física o sentimental.

Sin embargo, El peleador muestra un lado

nuevo del deporte -al menos en el cine de ficción-: el pugilista deja de ser el

atleta ermitaño, y se vuelve un títere manipulado por su vida fuera del

gimnasio.

Esta "antítesis" de los clichés

del cine de boxeo, es virtud del director David O. Russell, quien no filma

secuencias impactantes de las peleas (los close ups y la edición son

circunstanciales), porque su finalidad es narrar la biografía de una familia y de un pueblo cuyos

triunfos o derrotas, se miden en los campeonatos mundiales de dos hermanos:

Dicky Ecklund, un ex boxeador adicto al crack, y Mickey Ward, un posible

contendiente amarrado a los caprichos

y manipulaciones de su familia.

Russell, quien ha deambulado

entre géneros –Tres reyes, I Heart Huckabees-, logra su mejor trabajo hasta la fecha en el manejo de actores. El

casting es un ensamble de talento liderado por Mark Wahlberg (Mickey Ward), protagonista y

productor, y los personajes secundarios quienes son los engranes de la cinta: Amy Adams, como la novia de

Ward; Melissa Leo, la matriarca, y Chrstian Bale como Dicky. Es justo Bale quien

se roba la película: interpreta a un hombre atrapado entre las drogas, el

remordimiento y la nostalgia. Sus cambios de actitud -sobre todo en una pelea

contra la policía- demuestran que su talento va más allá de la metamorfosis de

su semblante (una vez más bajó de peso): sabe cómo transmitir la humanidad de

una persona en busca de la redención. Las escenas en que funge como mentor de

Mickey, distan de las relaciones de amor-odio-enseñanza de clásicos del género

que van desde The Champ a Rocky. Dicky no le enseña a boxear a través de rutinas

agotadoras, su lección es en carne y hueso: el deporte es lo único que lo puede

rescatar de una vida de miseria y adicciones.

El peleador

es una cinta que gracias a sus actuaciones sólidas, logra refrescar un

subgénero: cada gancho, jab y movimiento de piernas no es producto del egoismo

de un peleador, es la reacción de la vida que debe cargar fuera del

cuadrilátero