–PorOswaldo Betancourt L.@rockswaldo

¿Qué pasaría si Dios existiera pero únicamente con el fin de divertirse a costa de la humanidad? En esta película la deidad crea lo que bien podrían considerarse leyes de murphy, como la 2218 que dictamina que la fila de a lado siempre avanza más rápido que la tuya.

Y por si fuera poco, aquí la descendencia divina no se limita a Jesús (quien tiene una pequeña aparición), sino que tiene una hija llamada Ea, que harta del comportamiento de su padre decide decirle a cada persona su fecha de muerte y además vendrá a la tierra para escribir un nuevo testamento.

El planteamiento es polémico, pero el resultado no debe tomarse tan a pecho. No es una comedia típica, de hecho el humor es muy europeo – si es que eso existe – en donde se evita el pastelazo y se hace un cine parecido a la trilogía de Roy Andersson.

El director tampoco se intimida al trabajar con las grandes figuras del cine y se atreve a poner a una leyenda de la talla de Catherine Deneuve como una mujer enamorada de un gorila, al mismo tiempo que se burla de la juventud a través de un personaje secundario tan divertido como lo es Kevin, un joven que a lo largo de las casi dos horas pone a prueba su tiempo de vida restante en situaciones de riesgo extremas (y quien tiene una escena al final de los créditos).