Por Oswaldo Betancourt L.

Hay muchos casos de músicos que incursionan en la industria cinematográfica, Rob Zombie es uno de los casos más emblemáticos, sobre todo en el terreno del horror.

Ahora fue el turno de una de las grandes leyendas tras la guitarra: Saul Hudson, mejor conocido como Slash, decidió entrarle al cine, no como director o guionista (aún), sino como productor con Slasher Films y haciendo eso que ya tiene integrado en sus manos: componer música.

El llanto del diablo nos muestra a una familia que se muda de la ciudad al pueblo de Stull en Kansas, Estados Unidos, pues el papá y esposo sustituirá al pastor de la comunidad. Al llegar son muy bien recibidos, lo que no saben es que la gente de aquel lugar tiene planes oscuros y diabólicos para ellos.

La historia en general se entiende aunque hay muchos huecos a lo largo de la película; órale, digamos que pasamos por alto la mayoría porque tampoco tienen que explicarnos todo, pero te engancharías más si supieras, por ejemplo, que ese sitioes una de las siete puertas de entrada al infierno (el guión está basado en una leyenda sobre ese rincón de gringolandia).

De ahí en adelante las fallas comienzan a acumularse para hacer una especie de bola de nieve, con ver el avance te das cuenta de que la ópera prima de Anthony Leonardi III, el director,no vale la pena.

El maquillaje está chafón, tanto la criatura del inframundo como sus víctimas no cumplen visualmente, la primera parece un disfraz medio decente y los segundos son como decoración de día de muertos . Lo mismo con los efectos, principalmente el de la boca expandida de la criatura, recurso ya muy visto; igual y la maldad negra avanzando no sorprende del todo, pero se ve chidita.

Las actuaciones no se salvan. La producción decidió no contar con celebridades (tal vez porque aumentaría el costo y hubo problemas con el financiamiento), el reparto está plagado por desconocidos, ese no es el problema sino que dejan mucho que desear con su interpretación, les faltó proyectar a sus personajes y eso que sus papeles no les exigían mucho. El ejemplo más claro lo vemos en la pareja de adolescentes que carece completamente de química.

Lo peor del asunto es que no da nadita de miedo, si acaso llegas a saltar es porque seguro te espantas muy fácil; no faltan las escenas que te pueden agarrar en curva, dos o tres, no más, en que repentinamente algo aparece en pantalla o suena uno de esos típicos ruido inesperados, pero si lo tuyo son este tipo de películas, seguro ni te inmutas.

La música no está mal (faltaba más), aunque el soundtrack tampoco es la gran cosa y no recordarás a Slash por este trabajo.

Hay una primera vez para todo, lamentablemente el debut cinematográfico del guitarrista no fue nada bueno, ya irá agarrando callo, como dicen, ensayo y error.