¿Por qué nos gusta?
Nos deja reírnos un poco de nosotros mismos, pero son risas nerviosas que enfrentan las consecuencias sociales de nuestra situación política, y no las disfrazan. Nos encariña con personajes que luego nos arrebata, como a muchos les pasa.

¿Qué nos deja?
Memoria. Conciencia de que las repercusiones en nuestra población son tangibles y están presentes.