Por Josue Corro

El guardián del zoólogico es dolorosamente

entretenida. Y no es de ninguna forma un halago: en estos días ya cualquier

estúpidez (perdonen mi francés) es digna de provocarnos risas ­(miren cómo el

borracho del "Fua" se ha vuelto un ícono nacional al nivel de Don Miguel

Hidalgo y Costilla).

Y ese sentimiento de comedia barata y predecible

es la que rige a este film, en el cual unos animales salvajes ayudan a su

cuidador a conquistar al supuesto amor de su vida. Sí, otra cinta de animales

parlanchines, pero tan absurda y mal lograda que hacen ver al Dr. Doolitlle como al Ciudadano Kane del género.

La cinta es un ejemplo de los problemas de la

comedia veraniega: creen que un solo actor puede llenar las salas de cine y que

el guión es tan relevante como los comerciales que pasan antes de iniciar la función (por favor, ni que fuera una película

porno). Kevin James no puede cargar completamente con un protagónico, y no

porque sea un mal actor, sino porque hay personas en la industria que sólo

sirven como wingmans; y él, señoras y señores no es un comediante que nos

interese ver. La razón puede ser que posee esa "chispa" de simpatía que en un domingo

cualquiera, nos inspire a comprar un boleto del cine.

Ahora, en cuanto al guión, al menos es

congruente con la cinta: parece que fue escrito por y para animales. Ellos son

los verdaderos protagonistas, o mejor dicho las figuras que prestan sus voces

para, digamos "darles vida": Adam Sandler, Sylvester Stallone, Cher, Nick

Nolte. Este detalle es un arma de doble

filo muy peligrosa, porque puede ser la diferencia entre una buena película y…

El guardián del zoóligico: el guión debe saber balancear al "equipo humano" y a

las personas que prestan su voz; los dos son igual de importante para contar

una historia y construir un argumento creíble. Sin embargo en esta película (y

como ya lo dijimos, el guión es un basura), el director Frank Coraci quiso

filmar todas las bromas/parodias/chistes que se puedan ocurrir y que involucren

animales salvajes. La trama del personaje de Kevin James circunstancial y

estorbosa. El guardián del zoológico es como ver

Madagascar… pero sin los pingüinos, sin los lémurs, con peores efectos

especiales y con un comediante que se debió quedar en la televisión.

Así de

triste es.