Por Carlos Arias

Esta es una de esas películas a las que no se les pide más que acción y suspenso de principio a fin. Y vaya cómo lo cumple. Un ex agente de una agencia secreta que trabaja como experto probando dispositivos de seguridad en la ciudad de Amberes, Bélgica, se ve envuelto en una delirante trama de persecuciones y conspiraciones internacionales, por lo que debe huir junto a su hija adolescente.

El Fugitivo (The Expatriate, EU, 2012), del alemán Philipp Stölzl, realizador de Baby (2002), presenta a Aaron Eckhart como Ben Logan, un ex agente del servicio secreto que intenta rehacer su vida y recuperar el tiempo perdido junto a su hija Amy (Liana Liberato), tras la muerte de su esposa.

Se trata de una especie de “buddy film”, en el que los amigos que comparten aventuras son padre e hija, cuyas tensas relaciones causadas por las largas ausencias del padre terminan convertidas en en comprensión y complicidad, una vez que ella descubre el oscuro pasado de él.

Ese día Ben Logan debió salir tarde del trabajo, pero llega a justo a tiempo para acompañar a su hija que acaba de ganar un premio en su escuela. Sin embargo, una ligera intoxicación hace que ambos pasen la noche en el hospital y se libren de haber sido atacados en su casa como víctimas de una misteriosa trama criminal.

Al llegar a su trabajo al día siguiente, el protagonista descubre que su oficina no existe, y que todos los registros que prueban su existencia y de la gente que conoce han sido borrados.

Padre e hija son sobrevivientes, y deberán enfrentarse a una legión de criminales (algunos más torpes que otros) que intentarán exterminarlos, al tiempo que intentan desentrañar la conspiración que se oculta detrás de todo.

La película es una colección de elementos diferentes y conocidos, puestos juntos en función de su eficacia como entretenimiento, que para ser disfrutado apela con urgencia a la suspensión de la incredulidad y hasta del sentido de la verosimilitud.

No faltan los asesinos que matan a todo aquel que se le ponga por delante, persecuciones a pie en estaciones del metro y hasta la aparición de una improbable y sexy agente de la CIA (Olga Kurylenko).

Quizá este cruce de elementos explique la imprecisión de su propio título, que hará que la película sea aun más difícil de recordar una vez que se abandone el multicinema donde se la vea. En México se presenta como El Fugitivo, a riesgo de confusión con la versión de Harrison Ford de la serie de televisión; en inglés se llama The Expatriate (“el expatriado”) y hasta se promovió como Erased (“borrado”).