Director: Robert Wise
Año: 1951

De qué va:

Un platillo volador llega
a la Tierra, con un robot súper poderoso que nos un ultimátum: o hacemos las
paces o nos destuyen.

Por qué es fregona:

Es una de las
obras epítomes de la paranoia de la Guerra Fría, y el puñado de cintas que
nacieron a raíz de la Guerra Armamentista o las consecuencias nucleares (de
Godzilla al Ataque de la mujer de 50 pies). Pero también es una joya a nivel técnico:
desde la música de Bernard Hermann, la cuidadosa curaduría en el diseño de arte
(Gort, el famoso robot se ve real… bueno para ser de hace 60 años). Y sí, el
mensaje que lleva consigo la cinta es exageradamente conmovedor.

Dato cultural innecesario:

Fue la
cinta que puso de moda el cliché-estereotipo de los "platillos voladores".