No te dejes engañar por el título por favor: no es un drama del Hallmark Channel, o una obra de teatro aburrida. Al contrario, este film es una de las joyas indie mejor recibidas por la crítica. La razón es el binomio entre Demme (el hombre responsable de El silencio de los inocentes), y la maravillosa actuación de la hermosa Anne Hathaway. El guión tiene una sinopsis básica: la hija pródiga que regresa a casa para la boda de su hermana (al decir “regresa a casa” nos referimos a “sale de rehabilitación”).

Pero Demme, un genio de los dramas intrafamiliares, retoca a su protagonista Kym como una junkie perdida bajo su propia adicción y sus problemas familiares que no ha podido olvidar. Su Su lengua es filosa y el sarcasmo es su idioma. Con diálogos plagados de humor negro, este film es una de las recomendaciones más imprescindibles para comenzar el año. Ojalá Hathaway tenga varias nominaciones a los premios de actuación: ver su rostro por la alfombra roja o sentada en las butacas, no tiene precio.