Samuel es un don Juan francés sin responsabilidades ni ataduras, hasta que un día aparece una antigua conquista y le deja una bebita de tres meses a su cargo, durante poco más de ocho años. En ese periodo el se convirtió en un doble de acción y se ha encargado de criar a su hija en otro país, sin hablar siquiera el idioma, y todo es aparentemente felicidad hasta que regresa la mamá para tratar de recuperar a su hija.

La historia ya nos la sabemos porque se trata de un remake francés de No se aceptan devoluciones, la ópera prima de Eugenio Derbez, escrita por él junto con Guillermo Ríos y Leticia López Margalli. No se puede negar que el guión funciona y maneja con ingenio sus giros de tuerca.

La enorme diferencia es que tenemos a Omar Sy como el protagonista, quien hizo un excelente trabajo en la cinta Amigos, y no es un factor malinchista en contra de Derbez, sino que la calidad actoral del primero es superior.

Además, la producción gala tiene una mejor manufactura, esto se debe a que el mexicano dejó notar que su escuela es en gran parte su paso por la televisión, por eso su trabajo se siente telenovelesco. Aquí, en cambio, se agradecen hasta los más mínimos detalles como la decisión de lo que se enfoca y desenfoca.

Tal vez esta versión no triunfe en taquilla como No se aceptan devoluciones, pero lo que es seguro es que se trata de uno de esos extraños casos en que el remake es mejor que la película original.