Aturdida por la fe ciega y extasiada de la joven novicia Hadewijch, la madre superiora la expulsa del convento. Hadewijch vuelve a ser Céline, la joven parisina de 20 años, hija de un Ministro francés. Su apasionado amor a Dios, su rabia interior y su encuentro con Yassine y Nassir la conducen, entre el estado de gracia y la locura, por caminos peligrosos.

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LO QUE NOS GUSTÓ

La premisa: El inicio es prometedor: una chica religiosa (en exceso) que tiene que vivir como civil y lidiar con sus conflictos internos, es una buena propuesta. En principio.

Las actuaciones: Julie Sokolowski que interpreta a Celine, es una joya. Logra acparar al pantalla con su rostro inocente y su llanto. Tiene la capacidad de cargar sobre sus hombros (mejor dicho sobre su mirada virginal) el peso de una cinta que tiene una larga lista de pecados.

LO QUE NO

Ritmo: Suena ridículo catalogar a una cinta como “lenta”. Pero este film es aburrido porque tarda años en arrancar. El inicio son viñetas reiterativas de las actividades de la protagonista, en escenas que duran en exceso.

Los personajes secundarios: No tienen ninguna finalidad, son como de relleno pero el director insiste en darles protagonismo. Para dar un ejemplo ad hoc al sentimiento futbolero: es como si la transmisión en medio del partido, la cámara tomara a los jugadores de la banda en lugar de un penal.

Ritmo: Sí, lo repetimos. Es aburrida.