Daniel y Ana son dos hermanos que viven un momento crucial en sus vidas: Ana está a punto de casarse, Daniel explora su sexualidad y determina su identidad. Su vida se ve interrumpida cuando son secuestrados. Entonces sucede algo que los obligará a enfrentar sus más íntimos deseos y miedos. Su vida pasada será una memoria pues nunca verán las cosas que conocían de la misma manera.

Daniel y Ana

LO QUE NOS GUSTÓ

Fotografía: Tiene un estilo europeo: cámara fija e iluminación tenue. No hay movimientos de cámara innecesarios, ni tampoco hay tomas que tomen más del tiempo necesario para narrar la historia.

Actuación: Bien por Marimar Vega. Su papel es difícil y podemos ver la angustia de su personaje. Logra que nos sintamos mal por ella.

LO QUE NO

El guión: La primera mitad te atrapa, cómo les afecta lo ocurrido a los dos hermanos y la manera en que cambia su vida. Pero más de 40 minutos con lo mismos es tedioso, y sin ningún discurso. Entendemos que tienen un trauma… no somos $%%&. En ese tiempo NO PASA NADA, es un deja vu constante.

La dirección: Los actores a excepción de Vega, parece que tomaron un curso de 5 minutos de actuación y se pusieron frente a la cámara. Al director le importó más que se viera “bonita” su cinta a que nosotros como público nos involucrarnos en la trama.

El disclaimer: Totalmente innecesario. Innecesario. Es como una carga moral para hacer aún más visceral la cinta. Es como una denuncia Región 4.