No es una de esas películas que debimos ver en México antes de las pasadas elecciones (véanla y sabrán por qué). Y es que, al más puro estilo de la serie estadounidense Mad Men, pero versión andina, Pablo Larraín muestra un episodio de la historia chilena en la que a través de una campaña de publicidad bien orquestada, en 27 días, se logró abonar el camino a la democracia chilena.

No–de Pablo Larraín– es una cinta ácida que hace un repaso por la dictadura pinochetista entre los periodos de 1973 y 1990, esa parte de la historia ya la conocemos; sin embargo, la película –con trasfondo político claro– muestra cómo la publicidad puede permanecer en la memoria de las personas.

La historia de Chile quedó marcada por la campaña publicitaria liderada por René Saavedra en 1988 –quien formó parte de la franja televisiva que cautivó a Chile en 27 días de intensa campaña por tv–, con su creatividad, optimismo y contagiosas melodías: la “Campaña del No”, impulsada por la oposición a Augusto Pinochet.

La película de Pablo Larraín reconstruye precisamente la historia del génesis y desarrollo de esa exitosa y originalísima campaña publicitaria, cuya importancia sólo es posible comprender en nuestros días, dado que –a la fecha– las campañas en medios masivos se han convertido en el arma principal de los contendientes a puestos de elección pública, en especial para Presidente.

Un ejemplo reciente y claro en nuestro país fue el impacto mediático del Movimiento #YoSoy132, quienes también en 27 días lograron incrementar la intención del voto de los ciudadanos, no con los mismos resultados que tuvo la campaña del ‘No’ en Chile, pero sí en el inconsciente colectivo de los mexicanos.

Larraín aborda desde el punto de vista publicitario los hechos que llevaron adelante la campaña del “No”, situándola en el contexto político y social en el cual fue desarrollada, adentrándose lo estrictamente necesario en el conflicto político de fondo para, tal vez, conservar en su película –cuestión que constituye todo un acierto– el tono original de la campaña, con momentos de auténtica emoción, dolor, humor y por supuesto alegría.

Para muchas personas era difícil confiar en un plebiscito convocado por el Dictador, considerando los niveles de represión que se vivían en la época y con el antecedente fraudulento del Plebiscito de La Constitución de 1980. A partir de aquí la publicidad adquiere otro valor, se vuelve un parteaguas en la manera de hacer campañas.

‘No’ arrancó una sonora ovación al finalizar su funciónen elFestival Internacional de Cine de Morelia. Para quienes no conocen esta historia y los detalles de la campaña publicitaria que hay detrás, tienen la excelente alternativa de visitar las salas de cine de nuestro país para ver la película que se estrena el 9 de noviembre.