Francis Ford Coppola recibió una sorpresa en Tokio. Resulta que la dueña del hostal donde se hospedó hace 35 años, apareció en la conferencia de prensa que dio el cineasta para devolverle una máquina de escribir que olvidó después de rodar en Filipinas la película ‘Apocalipsis now’.

El director de la saga de “The Godfather” (“El Padrino”) explicó que empleó esa máquina mientras intentaba dar sentido a todo el metraje que había acumulado en un rodaje en el que se tuvo que enfrentar a la bancarrota, al ataque cardiaco de su actor protagonista y a tifones que destrozaron la escenografía.

Coppola estaba en la rueda de prensa para agradecer por el prestigioso Praemium Imperiale (que reconoce los méritos artísticos en diferentes categorías), cuando apareció la señora con la máquina.

“Estaba deprimido y metido en un desastre financiero, así que vine a Japón a pensar y escribir”, afirmó.

Buena parte de la rueda de prensa giró precisamente en torno a aquella etapa de su carrera en los setenta, cuando rodó “Apocalipsis now” (1979), “The Conversation” (1974) y “The Godfather. Part I and II” (1972 y 1974), que tanto contrasta con su actual fase creativa.

Coppola explicó que al cumplir 60 decidió que no quería competir con su “propio trabajo anterior” y volvió a convertirse en un “estudiante” para rodar tres películas “pequeñas y raras”: “Youth without Youth” (2007, El hombre sin edad), “Tetro” (2009) y “Twixt” (2011).

Con esto, dijo, pretende “matar al director de todas esas películas anteriores para hacerlo renacer”.

“En el cine aún no todo está inventado. ¡Quedan muchas y excitantes fronteras por romper!”, sentenció en el discurso ofrecido con el resto de ganadores del Praemium Imperiale 2013.

Los premiados de esta última edición son también el pintor italiano Michelangelo Pistoletto, el escultor británico Antony Gormley, el arquitecto, también británico, David Chipperfield y el tenor español Plácido Domingo, que no pudo estar presente.