En 1989 se recibió una llamada de emergencia de María Rossi, confesando que había asesinado brutalmente a tres personas. Veinte años después, su hija Isabella busca entender la verdad acerca de lo sucedido esa noche, por lo cual viaja al Hospital Centrino para criminales dementes en Italia, donde su madre ha sido internada para determinar si esta está mentalmente enferma o ha sido poseída por un demonio.