Ubicado en Taiwán, tierra del laurel, la sopa de serpiente y las aromáticas gambas con jengibre, esta producción nominada a la mejor película extranjera en los Oscares de 1995 explora el papel de la comida en las relaciones interpersonales, al tiempo que contrasta la tradición y la modernidad a través de la potestad paterna. Ang Lee elabora un homenaje a la cultura gastronómica mediante los manjares que cocina el señor Chu, quien ha perdido no sólo el sentido del gusto sino la comunicación con sus hijas.