Por Verónica Sánchez

Dirigida por Allen Hughes y torpemente escrita por el debutante Brian Tucker,Ciudad de sombras(BrokenCity, EUA, 2012) aspira a thriller político en el que lo personal y los “sentimientos” –en su sentido cursi, incluso fofo– están más a flor de piel. Un melodrama a final cuentas. La trama tiene como protagonista a Russell Crowe, Mark Wahlberg y Catherine Zeta-Jones.

La historiadesentraña la red de conspiraciones criminales en las que se mueve Nicholas Hostettler (Russell Crowe), alcalde de Nueva York, quien además está compitiendo por la reelección contra Jack Valliant (Barry Pepper). Pero sólo es cuestión de tiempo para que el público se entere de todos los detalles.

¿Qué tiene a su favorCiudad de Sombras? El reparto. Mark Wahlberg interpreta a Billy Taggart, un policía de Nueva York que es llevado a juicio por un polémico caso en el que es exonerado por asesinato. El proceso contra Taggart no llega a los tribunales; no hay pruebas suficientes. Sin embargo, el calculador alcalde de la ciudad –un político feliz y corpulento– y el enigmático comisario de policía (Jeffrey Wright) tienen un enfrentamiento porque este último dice tener un video que señala como responsable de asesinato a Taggart.

Hostettler manipula al comisario y lo convence de no entregar la información a la fiscalía. Taggart es obligado a renunciar a su cargo para no manchar la reputación del departamento de policía de Nueva York. Siete años después, Billy monta su propia agencia de investigación privada. Trabaja con una asistente de oficina, Katy Bradshaw (Alona Tal), pero a menudo están cortos de dinero. Es por eso que él acepta con prontitud una oferta en efectivo de $50,000 dólares de alcalde Hostettler para vigilar a su distinguida esposa Cathleen (Catherine Zeta-Jones), de quien tiene sospechas de adulterio. Y es que al parecer los neoyorquinos son demasiado quisquillosos para votar por un cornudo.

La trama se complica cuando Billy concluye que Cathleen está involucrada con Paul Andrews (Kyle Chandler), jefe de campaña de Jack Valliant, aguerrido oponente de Nicholas. El asunto se torna escabroso: la subtrama clandestina que gira en torno a un acuerdo multimillonario para demoler Bolton Village, un proyecto de vivienda pública con Billy utilizado como peón. Y así se suman posibles desgracias y entremeses de escándalo.

Ciudad de sombras, es una de esas películas en que los personajes te mantienen recordando que nada es lo que parece –lo dicen y hacen una y otra vez– y, por supuesto, hay más en juego aquí que la simple infidelidad. El principal problema de la cinta es que las razones por las que la violencia estalla no son tan poderosas como para que un político opte por el asesinato. Y la resolución de la ficción cabalga sobre algunos acontecimientos poco creíbles, por ejemplo, Billy aparece exactamente en el lugar correcto cuando los malos de la historia se están deshaciendo de documentos comprometedores para Hostettler, pero en lugar de quemarlos o triturarlos los echan al contenedor de basura.

Las capacidades histriónicas de los actores sostienen este filme. Crowe tiene, con su personaje, tatuada en la frente la palabra corrupción, con todo y su falsa bonachez. Cualquier intérprete podría haber desempeñado el papel de Billy Taggart pero Wahlberg lo hace de tal manera que el público siente las debilidades de este hombre y las acepta. Construye a un héroe imperfecto de la clase trabajadora que ha cometido muchos errores pero que espera hacer una buena acción al final. Zeta-Jones tiene muy poco que ver en la película, pero lo hace de manera competente. Más impresionante es el trabajo de Alona Tal que hace de un personaje insignificante uno que atrae a la audiencia. Sin embargo, todos estos elementos no son suficientes para ensamblar todas las piezas deCiudad de Sombras.

Esta producción es uno de los habituales estrenos de enero, sólo que de entre todas esas producciones palomeras,Ciudad de sombrases una de las mejores. Después de todo una película protagonizada por Russell Crowe y Mark Wahlberg no puede pasar desapercibida.