Cineasta, director y explorador marino, James Cameron explicó que la relación de la tecnología con el cine es cada vez más cercana; sin embargo, lo humano de la historia debe sobresalir de la sofisticación técnica.

“No hay que tener un grado de ingeniería para hacer una película en el siglo XXI sino buenos actores y un gran equipo”, dijo el cineasta canadiense durante su participación en TagDF.

Frente a un foro de 3,000 personas, Cameron dijo que actualmente la alta tecnología es un complemento para la narrativa cinematográfica, misma que él ha usado en cintas como Terminator, Titanic y Avatar, para las que desarrolló plataformas digitales especiales.

Mientras en Terminator el foco principal de la innovación eran efectos especiales físicos, el director optó por ir más allá con la realización de Titanic en 1997, para la que llevó a cabo la exploración marina más profunda que se ha hecho en el mundo con un presupuesto de 200 millones de dólares, según datos de la productora Fox.

Sin embargo, en 2009, el director elevó el estándar con Avatar, cinta que tuvo un presupuesto de 237 millones de dólares en el desarrollo de tecnología para llevar el mundo de los alienígenas azules ‘Na’vi’ a la pantalla grande.

Esta cinta llevó por primera vez al cine el uso de tecnología CG (Computer Graphics, por sus siglas en inglés), que registra los movimientos de los actores con sensores para generar gestos y movimientos por computadora, además de 3D.

Cameron cuenta que pasaron tres años y se invirtieron 2 millones de dólares (mdd) para que se tuviera lista la primera toma que se usó en la versión final de la película.

“Cuando vi esa toma me relajé”, admitió frente a su homónimo Alfonso Cuarón, quien moderó la charla.

Para el cineasta de 58 años, las grandes inversiones tecnológicas en el cine han dado frutos: Avatar recaudó 2,700 millones de dólares en taquilla a nivel mundial, según datos de BoxOffice Mojo, lo que hasta el momento la hace la cinta más redituable en la historia del cine; mientras Titanic está en el segundo lugar con una recaudación de 1,800 millones de dólares.

A cinco años de que Avatar llegó a las salas de cine, su director admite no saber hacia dónde va la tecnología cinematográfica pues para la secuela de la cinta, que se prepara para 2014, se usarán técnicas como filmación submarina además de 3D y CG pero procurará mantener una historia humana.

“No quiero que la gente se absorba en lo que nos tomó hacer Avatar, en la tecnología, yo quiero que se enfoquen en la historia. Para mí Avatar es un estado mental”, dijo.

Sobre el futuro del cine y la tecnología, Cameron cuenta que no habrá canibalización, pero sí público para distintas experiencias.

“Llevamos décadas hablando de si van a desaparecer las cosas tradicionales y seguimos aquí haciendo películas; creo que habrá distintos medios de entretenimiento pero al final lo que cuentan son las historias y el compromiso de las personas de dar 2 horas de su vida a una experiencia de cine”, dijo.

El director canadiense prepara la segunda y tercera parte de Avatar, previstas para diciembre de 2014 y 2015, respectivamente.