El sexo es un componente obligado de todo el cine de los grandes estudios, a tal punto que nadie imaginaría una película sin historia de amor y sin escenas de sexo. Los manuales de guionismo indican que la escena de sexo entre los protagonistas debe ocurrir al final del segundo acto, o sea como el paso previo antes de la lucha final que conduce al desenlace.

Pero hay un puñado de películas en que la lucha final se da entre las sábanas y el desenlace ocurre con gemidos de placer. No es cine porno, sino ese género difícil de definir llamado erótico o de tema sexual. Muchas de estas películas se hicieron tan célebres que sus títulos aparecen como emblema del erotismo fílmico y hasta le han puesto nombre a juegos sexuales, que se pueden practicar en casa. No son necesariamente las mejores ni las más calientes, pero éstas son algunas de las películas que le dieron forma a las fantasías eróticas en la pantalla grande.

Te proponemos estas cintas, grandes alternativas a Cincuenta Sombras de Grey que hoy está en la mira de muchos.

1. El imperio de los sentidos (In the realm of senses, Francia-Japón, 1976).

Esta película es fundadora del cine erótico moderno, que aborda el deseo y la locura amorosa con una mezcla de sexo y reflexión sobre las conductas humanas. Entró a los circuitos de exhibición de arte y desde allí se convirtió en una cinta de culto. La historia está basada en el caso real de una mujer que tras haber matado su amante durante el sexo deambulaba por Tokio con el miembro de él en las manos. Una ex prostituta y su amante viven su pasión amorosa cuya intensidad sólo puede terminar en la autodestrucción.

La fantasía: Dominación femenina, cortarle el pene al novio.
El juego peligroso: Provocar la asfixia durante el sexo.

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2. Garganta profunda (Deep throat, EU, 1972).

Ésta es la única película producida dentro del mundo del porno que alcanzó la fama en el circuito fílmico comercial. La heroína es Linda Lovelace, quien interpreta a una mujer desesperada porque no consigue disfrutar del sexo. Su vida cambia cuando un médico descubre que su problema es que, por una extraña malformación, tiene el clítoris en el fondo de la garganta. Desde entonces se dedica a experimentar con sujetos cuyos penes sean capaces de llegar hasta lo más profundo de su boca.

La fantasía: Satisfacción oral.
El juego peligroso: Introducción el pene hasta la garganta.

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3. Historia de O (Histoire d’O, Francia, 1975).

Pégame, que me gusta. Esta película se volvió de culto por sus situaciones de dominación y sumisión. Una fotógrafa de modas parisina se pone voluntariamente bajo el dominio de su novio, quien la lleva hasta el límite de experiencias sadomasoquistas. La imagen clásica es la protagonista, llamada “O” (Corinne Cléry) atada y amordazada… disfrutando de los azotes con una fusta de jinete.

La fantasía: Dominación masculina.
El juego peligroso: Azotes reales.

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4. Emmanuelle (Emmanuelle, Francia, 1974).

En los años 70, Emmanuelle era la fantasía húmeda de todo adolescente. Esta película hizo entrar a las aventuras eróticas como un género aceptable en los cines bajo la denominación porno soft, tanto por la inocencia de las escenas como por el filtro fotográfico que embellecía los desnudos con un efecto de nubecita vaporosa. Generó una larga serie que en México se exhibía en funciones de medianoche. Desde la primera versión se lanzó a la holandesa Sylvia Kristel como la heroína cuya gelidez la hacía aun más deseable, primero como una jovencita inexperta y luego como encarnación del mito de la mujer liberada que recorre el mundo teniendo sexo como forma de auto-conocimiento. Una legión de historias llevarían esa estética hasta el límite, entre ellas Bilitis (1977).

La fantasía: Aventuras sexuales con extraños.
El juego peligroso: Filmarse en imágenes soft y no tanto.

https://www.youtube.com/watch?v=g3hSsK61NsE

5. Malicia (Malizia, Italia, 1973).

El cine italiano produjo entre los años 60 y 70 una larga serie de comedias eróticas, una mezcla de humor, sacrilegio católico y sátira del poder. Malizia es un buen ejemplo de esta serie, que con cientos de películas llevaría a la fama a diosas voluptuosas como Ornella Muti, Edwige Fenech o Stefanía Sandrelli. En Malizia, Laura Antonelli interpreta a una institutriz que llega a una familia con tres hijos y se convierte en la obsesión erótica de sus alumnos.

La fantasía: Tener una relación secreta con la maestra
El juego peligroso: Caricias en público por debajo de la mesa.

https://www.youtube.com/watch?v=3yd39vN4bxg

6.- El último tango en París (Last tango in Paris, Francia-Italia, 1972).

Marlon Brando era una estrella indiscutible como el prototipo del “macho” de Hollywood. María Schneider aparece como la heroína adolescente que contradice el prototipo de la sexy symbol, una chica común pero dotada de encanto erótico por su mezcla de osadía y ausencia de inhibiciones. Un hombre maduro y una adolescente se encuentran ocasionalmente para tener sexo desenfrenado, sin interés por establecer una relación estable. Dirige Bernardo Bertolucci.

La fantasía: Sexo anal… ¡usando mantequilla como lubricante!
El juego peligroso: Sexo en lugares públicos.

7.- Nueve semanas y media (9 ½ weeks, EU, 1986).

La canción de Joe Coker y la bomba sensual Kim Bassinger bailando con un sombrero se convirtió en un cliché erótico que hasta hoy se mantiene vigente. La historia de amor y sexo entre un hombre misterioso y la chica corriente que es orillada por éste a entrar en juegos eróticos poco corrientes.

La fantasía: Baile erótico teibolero.
El juego peligroso: Hacer un trío con una profesional.

8.- El amante (L’ amant, Francia, 1992).

Una película que llegó cargada del prestigio literario de Marguerite Duras. No hay sexo sucio sino estilizado y moderadamente osado, a cargo del especialista en cine “artístico” Jean-Jacques Annaud, quien venía de realizar El nombre de la Rosa (1986). Esta vez, el realizador francés cuenta la historia autobiográfica de Duras sobre los amores entre una chica francesa en Indochina y un millonario chino.

La fantasía: La aventura de la adolescente atrevida con el millonario.
El juego peligroso: Sexo con un señor casado.

9.- Calígula (Italia, EU, 1973).

La fama de Tinto Brass arrancó en el cine “giallo”, el thriller popular italiano, cargado de erotismo y violencia. En Calígula tuvo su mayor desafío y su mayor desastre. Se trata de una superproducción encargada por la revista Penthouse, con Malcom McDowell como el emperador romano del título, perverso, infantil y sensual. Una bestia sexual carente de moral y de escrúpulos. Brass dejó la película y el productor le agregó tomas porno para venderla en el mercado XXX como un producto “artístico” de Penthouse. Hasta hoy es un clásico.

La fantasía: Incesto con las hermanas.
El juego peligroso: Sexo en grupo.

https://www.youtube.com/watch?v=16oTlXL5E0c

10.- Ojos bien cerrados (Eyes wide shut, 1999).

Stanley Kubrick hizo su testamento fílmico de la mano de la pareja del momento, Tom Cruise y Nicole Kidman. Ambos representan a unos esposos de clase acomodada y convencionales que entran en juegos eróticos en una cadena interminable que los lleva a la destrucción.

La fantasía: Un matrimonio experimenta juegos sexuales.
El juego peligroso: Infidelidades y sexo grupal.

11.- Bellas de noche (México,1975).

Esta película dio origen al género de ficheras, cuyo mayor interés son las beldades y los albures. Se trata de un erotismo con fuerte influencia de la sexy-comedia italiana, en el cual las mayores osadías son verbales por medio de los juegos de palabras, con algunos desnudos femeninos y situaciones cómicas entre las sábanas. Sasha Montenegro se instala como la reina indiscutida del género como una fichera que se enamora de un ex boxeador (Jorge Rivero) contratado como sacaborrachos en el bar El Pirulí. Se incluyen personaje tipos del género, como la vieja lépera “La Corcholata” (Carmen Salinas), la adolescente ingenua Lupita (Leticia Perdigón) y el padrote “Vaselinas” (Lalo el Mimo).

La fantasía: ¡Casarse con la fichera!
El juego peligroso: Baile apretadito con música de la Santanera.

¿Qué otras cintas eróticas nos recomiendan? Sin pena, pónganlas acá abajito.

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