Por Ira Franco

Quitémosle la máscara: a pesar de tener una factura estupenda, grandesactuaciones, un guión estructurado en saltos temporales y un protagonistahombre (Ewan McGregor), esta película es una chick-flick de final previsible;aunque eso no significa, de ninguna forma, que carezca de sustancia. Esto se debea que la historia, aunque estilizada, está llena de crudas realidades: los humanosvivimos en la constante necesidad de empezar de nuevo.

Mcgregor interpreta a Oliver quien conoce a Ana (la bellísima Mélanie Laurent,a quien conocemos como la judía Shosanna en Inglorious Basterds de Tarantino)unos cuantos meses después de que su padre ha muerto. La nueva relación letrae agridulces recuerdos de su papá Hal (Christopher Plummer) quien luego de44 años de casado sale del clóset para vivir una tumultuosa vida gay.

Esta cinta tiene todos los elementos para ser cursi –y si se llega al cinecon un ánimo que tira al cinismo seguro lo será– pero ni un perro condiálogos “subtitulados”, ni una fiesta de disfraces fresa y teatral puede quitarle elencanto. Hay en Beginners una fascinación por la estética melancólica de trazossuaves reflejada en los dibujos de Oliver y la bandera de arcoiris del orgullohomosexual que se proyecta en la pantalla como para hacernos entender (unavez más) que amor es amor, del color o del estilo que sea.

Un punto y aparte se puede hacer con el personaje y la actuación de ChristopherPlummer, tratando de reponer cuatro décadas desperdiciadas dentro del fríoy húmedo clóset que fue su matrimonio. Plummer tiene la capacidad de mirarprofundamente al otro en escena y dar registros insospechados cuando le dice asu hijo que la madre y él “fueron felices a su modo”. Quizás es su historia de amorcon Goran Visnjic (ex reemplazo de George Clooney en la serie de hospital E.R) loque salva de la banalidad a esta película, pues ambos actores expresan en escenacierta dulzura de padre e hijo al tiempo que se aman con mucha compasión.

La verdad en esta película probablemente viene de que son emociones semi-autobiográficas del escritor y director Mike Mills, quien como Oliver un tiempose dedicó al diseño gráfico y cuyo padre salió del clóset después de que su madremuriera a los 44 años de casados. Este es el segundo largometraje de ficción deMills quien es más conocido en el mundillo indie de Sundance y como directorde comerciales. Lo seguro es que, después de la exacta factura de Beginners,probablemente lo veremos haciendo más películas de “corazón inteligente” y esoes quizás una noticia prometedora.