Seguramente muchos recuerdan la serie de televisión, los trajes rojos y la playa. Todos los elementos están presentes en la adaptación cinematográfica, pero no es convincente y da patadas de ahogado la mayor parte del tiempo.

Mitch Buchannon y su equipo hacen pruebas para aceptar a nuevos reclutas, incluido al medallista olímpico engreído que no sigue las reglas, pero logran trabajar en equipo cuando en su bahía comienza a operar una organización criminal.

La película tiene todo lo que podríamos esperar de una película con Dwayne Johnson, y eso no debe considerarse como una buena señal. Para empezar, la comedia está terriblemente forzada y metida a calzador la mayor parte del tiempo, claro, esto cuando no se fueron por la fácil para darle minutos a unos genitales atorados en una banca o un baile que no causa gracia, ambas aportaciones a cargo de Jon Bass, el menos apto para estar en el equipo pero que tiene un gran corazón y está enamorado de una de las chicas más guapas de las salvavidas, un cliché que termina de la misma manera.

La acción es abundante pero no es consistente, a veces está mezclada con toques de humor, como la pelea entre “La Roca” y un rival de su tamaño en el cuarto de una niña, usando los objetos disponibles. En otros momentos, se dejaron llevar y la situación se les fue de las manos, como en el desenlace y sus tintes gore que no entonan con el resto de la película.

Los cameos eran obligados, pero arruinaron su oportunidad de hacer algo realmente bueno con Pamela Anderson y David Hasselhoff, en todo caso este último tuvo una mejor aparición en Guardianes de la Galaxia Vol. 2. Hasta la participación efímera de Belinda tiene más chispa y no sale más de 3 minutos.

Otro punto negativo es la facilidad para atar ciertos cabos, el guión no es en absoluto exigente. Además, Johnson parece tomar el mismo rumbo en sus proyectos más recientes y los que están por venir, como las franquicias de Jumanji o la adaptación del videojuego de Rampage. Al final, terminas viendo una propuesta mal pensada de origen que sólo busca explotar la nostalgia e intenta hacer (sin éxito) lo que 21 jump street logró al revivir un programa para llevarlo a la pantalla grande.