Por Jaime @_azrad

Tom Cruise no tiene el físico de Jack Reacher, el alto y fornido matón y ex policía militar de las novelas de Jim Grant (o Lee Child, su seudónimo), pero vaya que es bueno en el rol. Por alguna extraña razón, le creemos a Cruise que a sus cincuenta puede dar una paliza a cinco tipos rudos y salir ileso.

Quizás nos tragamos el cuento por su ya no tan joven cara, y es que podemos atribuirle más que destreza física: entre las marcas del tiempo en su rostro es más fácil encontrar rasgos de experiencia y justificar cómo siempre se adelanta a sus enemigos en los golpes.

La cinta toma al personaje de Lee en una trama bien estructurada: un francotirador militar dispara seis balas hacia una multitud pero sólo mata a cinco. Reacher es involucrado en el caso por el sospechoso principal y sabe bien que un militar no falla, a menos que lo haga a propósito.

La investigación del caso logra entretenernos por la destreza del director Christopher McQuire, que también adaptó la novela. Su pasión por los puntos débiles del mundo criminal se refleja en personajes sustanciosos que, aunque llegan a sentirse demasiados, nos entregan villanos dignos de conocer.

Así, en medio de la acción y las persecuciones, conocemos la forma de narrar este tipo de películas sin perder el hilo ni corromper a los personajes. McQuire salió victorioso de ésta, su segunda cinta, y se ganó la dirección de Misión imposible 5 por ello. Su próximo trabajo con Cruise se estrenará en 2015.