Gertrude Stein, una ardilla albina, y la madre Santa Teresa de Ávila apoyan en sus aventuras investigando el VIH al canadiense Tim McCaskell –que lleva 20 años haciéndolo en apoyo a su comunidad gay- y a Zackie Achmat, un seropositivo en Johannesburgo que se niega a seguir con su tratamiento hasta que todos lo obtengan gratis en Sudáfrica. Películas como ésta justifican la existencia de los festivales de cine: Árboles de Higuera es un filme de gran belleza que reúne dos géneros aparentemente dispares: el musical operístico y el documental. Altamente experimental, este es el triunfo de un indómito realizador canadiense que hace del cine un acto rebelde de acción y del activismo, un poema audiovisual