Por Jaime Azrad @_azrad

A propósito de las fiestas, el concepto de moda en Hollywood, en el que pequeñas historias interrelacionadas son narradas alrededor de un día festivo y con muchos (en serio: muchos) actores famosos, regresa festejando la noche en la que el año termina.

Después de Día de los enamorados (2010), la fórmula parece haber gustado en la Meca del cine. La cinta se ubica en un Nueva York listo para recibir el año nuevo, y entre nuevas vidas surgiendo y viejas llegando a su fin, todas las disyuntivas de esta comedia romántica se juntan en la tradicional celebración en Times Square, donde Bon Jovi dará un concierto.

Ashton Kutcher es una cara conocida en este tipo de películas (por supuesto que en ésta no falta), y se le unen Jessica Biel, Robert De Niro, Sarah Jessica Parker y Zac Efron, entre otros, en situaciones planas que no construyen ninguna temática pero que entretienen a las parejas que usualmente son público del género.

La cinta se esfuerza por ser cómica y toma, en demasiadas ocasiones, tintes de falsedad que van desinteresando a uno por uno en la audiencia. Algunas historias no tienen sentido, mientras que otras, como la de Michelle Pfeiffer y Zac Efron, pueden rescatarse de entre las inverosimilitudes de la película.

Habiendo dicho esto, Año nuevo gustará a quien sabe qué esperar: rostros bonitos relacionándose entre sí, enfrentando problemas que no interesan mucho y actuaciones superficiales que darán forma a una historia que sólo tiene fines mercadológicos y por lo tanto, muchas sonrisas falsas.

El espíritu festivo de la época sabrá perdonar a la película y permitirá que la mayoría la disfrute.