Por Oswaldo Betancourt L.

Annie vive junto con otras niñas bajo el cuidado de una mujer frustrada, quien las adoptó únicamente por el apoyo económico del gobierno. La pequeña Annie va todas las semanas al restaurante en donde la abandonaron con la esperanza de reencontrarse con sus padres, hasta que un día cruza su camino con un millonarioempresario, postulado a la alcaldía de su estado. El encuentro entre los dos afectará la vida de ambos de una manera inimaginable para ellos.

Es un remake del musical de Anita la huerfanita de los años 80, sólo que en versión afroamericana y en la actualidad, así que olvídate de ver a una niña pelirroja mas que en el principio de la película. Estos cambios drásticos podrían parecer atractivos pero no hay una propuesta radical en el fondo.

Las canciones, a pesar de ser clásicos, se sienten largas y pueden llegar a ser tediosas, y no es sólo por escucharlas en español, si te das el tiempo de escuchar el soundtrack en inglés notarás que no hay tanta diferencia entre el nivel de la interpretación hispana y la de Quvenzhane Wallis (la actriz más joven nominada al Oscar por Una niña maravillosa); tampoco ayudó mucho tener a Cameron Diaz ni a Jamie Foxx.

Algo a su favor es que el director Will Gluck aprovecha e integra a los temas el sonido ambiental, como el ruido de taladros y otros objetos. Fuera de ahí se salva uno o dos de los temas, que son lo suficientemente pegajosos como para grabarse en la rockola de tus chilanguitos.

La ejecución es algo melosa, pero con momentos chistosos que se agradecen, son como un respiro entre una canción y otra. Una cinta dirigida al público infantil, soportable para la audiencia mayor.