Bienvenidos

al año del flashback.

En esta

ocasión, parece que tomamos un DeLorean a los ochenta y nos sumergimos en la

Guerra Fría otra vez. Sí, Estados Unidos vs Rusia, versión 2.0, pero a

diferencia de los Seagals, Van Dammes, Norris, Bronsons etc… aquí el plus es

que no son hombres sudorosos los que planean destruir/salvar el mundo, sino

Angelina Jolie con sus pómulos definidos, sus ojos felinos y un cuerpo creado para

hacernos suspirar mientras nos parte la cara.

Salt es un

thriller-drama-cinta de acción política que se puede describir burdamente como "la

versión femenina de Bourne", con sus similitudes sobre cambio de

identidad, conspiración y hasta técnicas de rodaje y edición (eso sí, Salt en

una calidad muy inferior); incluso una persecución en autos, remite

directamente al Ultimátum. Al igual que el personaje e Matt Damon, Angelina

Jolie es una agente acusada de ser una espía rusa infiltrada en los Estados

Unidos para asesinar al presidente -de Rusia-. Este hecho provocaría una

inevitable Tercera Guerra Mundial.

Cómo… por

qué… de qué hablan. Sí, esa será tu primera respuesta, ya que de antemano sabes

que esa tensión entre los EUA y la URSS Rusia pasó a mejor vida. Pero la película

de Noyce nos brinda una premisa bastante creíble que no sólo da un poco miedo,

también le da un toque de nostalgia al film. No diré más para evitar spoilers.

Si este último

punto suena confuso, no te preocupes, así es toda la película: Salt es o no

mala, es o no rusa… poco a poco lo irás descubriendo, junto a pistas que va

dejando el director, quien peca de pintar a sus personajes como caricaturas con

muchos giros de tuerca, clichés y cambios de bando. Sin embargo, la película

cumple su objetivo: mostrar una película entretenida/dominguera con un

personaje femenino que merece (o no) una secuela.