Por Aldebarán Rodríguez

Niños + entes demoniacos es una revisitada fórmula del cine de terror (la temática que compite ahora con los zombis y los vampiros, quitando Crepúsculo), que puede lograr un excelente resultado cuando una película es buena: sustos de todos los tamaños y para todas las edades.

Sin perder ese aire de falso documental en grabación casera que tan buenas críticas le dio a la primera parte, Actividad Paranormal 4 nos muestra los hechos que sucedieron después de la segunda entrega de esta sumamente exitosa franquicia de terror. En esta cinta, dirigida por Henry Joost y Ariel Shuman, veremos la historia de Wyatt, un niño que entabla amistad con su nuevo vecino Robbie, cuya madre fue víctima de un inesperado accidente. El problema es que Robbie no viene sólo, está acompañado por su amigo imaginario, que en realidad es un demonio cuyas intenciones son todo menos ser amigable ni jugar a los dados con la familia de Wyatt.

Esta cuarta parte de Actividad Paranormal se muestra con un ritmo más lento que las anteriores y con algunas escenas predecibles, lo que podría ser un poco desalentador para el espectador, si tomamos en cuenta que de antemano se tiene la idea de lo que puede ocurrir. Sin embargo, no ocurre en toda la cinta. El guión de Oren Peli está tan bien llevado que las escenas predecibles se vuelven pesadas para el espectador, y no porque se imagine o ya sepa lo que sucederá, sino por cómo lo manejan: saber que existe un demonio que hará algo malo y que no lo haga cuando uno asegura que sí sucederá se vuelve recurrente y frustrante.

Sin duda el acierto más grande de esta película.

Tres cosas buenas y una mala que hay que destacar: A diferencia de la primera parte en la que hasta pasada la mitad de la cinta apenas se podía apreciar una sombra y unas huellas, aquí no pasa mucho tiempo para ver “algo” que no debería estar ahí; a diferencia de las otras películas aquí la entidad demoniaca tiene un mayor protagonismo –algo que muchos fans esperaban–, lo cual ayuda a explotar visualmente todas las cosas raras que suceden en la casa (luces que prenden y apagan, ruidos extraños, levitaciones, etc.), que por momentos hace recordar a The Exorcist de William Peter. Otro punto bueno es el papel de Katie, uno de los mejores personaje de culto de películas de terror, como el de Samara en el Aro.

Y ahí viene lo malo: si no han visto las tres películas anteriorespuede ser complicado entender la trama, pero aún así es una película de terror altamente recomendable. Si van a verla, esperen a ver lo que ocurre tras los créditos finales.