Una hermosa historia de amor infantil a punto de la pubertad que narra con humor y ternura el proceso de descubrimiento de dos jóvenes que deciden escapar y construir un mundo aparte del ya establecido. La película encierra como una caja de Pandora todas las histerias y miedos, las fobias y desencantos de una sociedad, con ese corte plástico similar al de la literatura infantil que tanto fascina a Wes Anderson.

El director logra mostrar un mundo adulto insertado en el infantil y viceversa, con un universo que pasa de la delicia del ingenio que emanan los personajes hasta el absurdo de un rayo que no incinera al que lo recibe. Incluso la violencia más cruel aparece con un dibujo de terrible naif. Cada elemento brilla por sí mismo en este filme, desde las actuaciones hilarantes, el ensamble de la música hasta el notable diseño de arte, muy al estilo de las casas de muñecas.