¿De qué va el cliché?
Oh sí, es bella, guapa, delgada y hermosa. Completamente bella. Sobretodo para el protagonista (el cual ya hemos explicado).

Sin embargo se enamoran porque ella, aunque es hermosa tiene manías que cualquier hombre indie (que ya explicamos) aprecia más que su iPod: tiene manías/hobbies extravagantes que no concuerdan con su personalidad extrovertida.

Es fan de Britpop, le encantan los talk shows, colecciona botellas de cerveza, es experta de la NFL, juega backgammon los domingos, ama el cine nórdico o simplemente odia a los galanes mameys, rubios y dignos de aparecer en el catálogo de un revista de modas.

¿Qué indieca?
Que los guionistas de indie films son hombres introvertidas que reflejan sus anhelos en la pantalla. No hay mujeres guapas con esos gustos, y sí los hay no se fijarían en el protagonista.

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¿Nos gusta?
Nos lastima saber que eso no pasa en la vida real.

¿Y la versión tropicalizada?
Oh, es hermosa. Tiene gustos extraños: le encanta tomar mezcal, come tacos de cochinita del Foro Sol (le gusta el béisbol mexicano), su ringtone es “In-A-Gadda-Da-Vida, su cuarto está lleno de pósters de caricaturas como los Thundercats, las Tortugas Ninja y Halcones Galácticos y… tienen relaciones a la segunda cita.

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