Por Josue Corro

Es un día soleado de

primavera, sales a escalar una montaña que conoces a la perfección. Vas solo,

lo haces cada fin de semana. Coqueteas con un par de excursionistas y sigues tu

camino. De pronto, un accidente: caes en una zanja y tu brazo queda atrapado en

una roca. No puedes liberarte, no tienes señal de celular, tu comida y agua

sólo durarán unas horas… ¿Qué haces? ¿Qué harías para salvar tu vida?

Danny Boyle no busca respuestas en esta cinta, sino narrar la

supervivencia de Aron Ralston (la mejor actuación en la carrera de James

Franco), y cómo un hombre debe enfrentar primero a la naturaleza, luego algo

mucho más peligroso y psicótico: a sí mismo. Aunque la mayoría de la cinta se

desarrolla en una sola locación, 127 horas es un viaje emotivo para el espectador, así

como lo es para Aron. Su soledad y los momentos de su posible muerte invitan a

la reflexión; parece que el ser humano sólo puede afrontar sus miedos como

último recurso: Ralston pone en tela de juicio cada decisión que ha tomado,

como si la piedra sobre su brazo fuera el detonante para cambiar su vida… si es

que logra ser rescatado.

Boyle nos involucra en una historia minimalista y la dota de

credibilidad gracias a su oficio para combinar un montaje vertiginoso y la

edición de audio, donde los tonos agudos y los momentos de silencio nos sitúan

en el lugar del protagonista: estamos en el rincón más olvidado del mundo.

Hace un par de años Boyle se llevó el Oscar por Slumdog Millionaire, un film ambientado en un barrio

sobrepoblado con protagonistas cuyas experiencias sociales definen su suerte.

En 127 horas, es todo lo

contrario: el aislamiento físico y geográfico le dan sentido al film. No

sorprende que el cineasta elija temas dolorosos y traumáticos como argumento de

sus obras, y sabe cómo transformar la traición entre amigos (Tumba al ras

del suelo), la pobreza (Slumdog…) y hasta los zombies (Exterminio) en arte. Para lograrlo, entre otras cosas,

cincela el talento de sus actores o, en este caso, de uno solo, James Franco,

quien por más de hora y media cumple con la responsabilidad de plasmar una crónica

de determinación y angustia. El actor presenta descargas emocionales, a veces

cómicas -como las secuencias de que Aron realice monólogos frente a una cámara

de video que llevaba consigo- o cuando sufre una serie de alucinaciones-flashbacks

que nos permiten entender cómo fue que decidió alejarse de su familia y de las

relaciones humanas.

Más allá de sus

logros técnicos y de la impresionante escena -que ha provocado desmayos en

salas a nivel mundial- en la que Aron decide ponerle fin a 127 horas de martirio,

Boyle y Franco presentan una cinta reflexiva sobre las relaciones que definen

nuestra vida, o mejor dicho, la soledad y su analogía con la muerte.

SI QUIERES IR A LA PREMIERE (Cinemark Reforma 222: Martes, 22 de Febrero 08:00pm

) sólo debes:

a) Estar registrado en chilango.com

b) Contestar: ¿por qué serie saltó a la fama James Franco y quien la produjo?

c) Menciona en cuántas y qué cintas comparte créditos Ewan McGregor y Danny Boyle

d) Menciona tres actores que también han sido presentadores/hosts en la ceremonia de los Oscares.

e) Mandar respuestas a [email protected]

Mucha suerte