Se estrenó Han Solo: Una historia de Star Wars y la pregunta: «¿Era realmente necesaria esta película?» por fin tiene respuesta. No perdamos más tiempo. Vamos a lo bueno, lo malo y lo WTF.

Lo bueno de Han Solo: Una historia de Star Wars

Que el guion de (Jonathan y Lawrence Kasdan) nos muestra a Han Solo (Alden Ehrenreich) joven, en proceso de madurar rumbo a la versión inmortalizada previamente por Harrison Ford. Imagínense: George Lucas quería mostrarnos a Solo como un huérfano de 10 años que es adoptado por Chewbacca en Episodio III: La venganza de los Sith, una idea tan brillante como freír tocino al desnudo.

La cinta dejó a un lado la fórmula «Rebeldes contra el Imperio termina en la explosión de una Estrella de la Muerte (o algún arma similarmente poderosa)». Francamente esa tónica dejó de sorprendernos hace un rato.

Donald Glover como Lando Calrissian. Vanidoso, galante, fatuo, deshonesto e interesante, Glover toma lo suficiente del personaje de Billy Dee Williams para que nos resulte familiar, pero eleva su encanto al 10. Necesitamos a Lando bailando This Is America, haciendo filigranas con sus capas multicolores.

La secuencia donde Han, Chewbacca y sus tres secuaces criminales (Woody Harrelson, Thandie Newton y Jon Favreau) intentan robar un tren cargado con el combustible más preciado de la galaxia está espléndidamente estructurada. Sentimos la urgencia, la desesperación, cuando el plan comienza a desarticularse y el asombro genuino cuando llega la conclusión.

El villano es extremadamente efectivo. Paul Bettany aprovecha al máximo las dimensiones narrativas del jefe criminal Dryden Vos y crea a un «malo» con personalidad amenazadora, pero también con la sofisticación necesaria para comunicar su relevancia en un rincón del universo donde la ley no es precisamente estricta.

Dos palabras: Millenium. Falcon. Esta nave mítica es un personaje más dentro de la historia y cumple cabalmente como vehículo (literal y figurativo) para narrarnos eventos legendarios dentro de la saga. La legendaria «ruta Kessel»: otra secuencia de acción que cubre todos los requisitos para ingresar al panteón de momentos memorables de la franquicia.

Emilia Clarke retrata a Qi’ra, el interés romántico de Han, como una mujer fuerte que ha tenido que vivir una existencia ruda, así que las dimensiones que su rol va tomando no nos parecen nunca como imposiciones dramáticas. Se gana cada duda que pesa sobre su carácter, por el simple hecho de que lo interpreta de la forma correcta.

Han dispara primero. Nunca más dudemos de ello.

Lo malo de Han Solo: Una historia de Star Wars

Ron Howard hizo un trabajo encomiable al tomar las riendas de la dirección tras la intempestiva salida (por «diferencias creativas irreconciliables») de los directores originales, Phil Lord y Christopher Miller, pero aún así la película se siente inconsistente. Hay personajes cuyos arcos narrativos parecen truncos, situaciones que apuntan en una dirección y se resuelven incongruentemente en otro sentido… en general no se aprecia un producto uniforme.

Al parecer estamos en un rincón del universo donde la luz nomás no llega: la fotografía de Bradford Young a ratos es más oscura que las referencias pop en los guiones de Tarantino.

Si bien el estudio de personajes es interesante, la historia parece haberse quedado corta en algunos puntos. Los actores hacen un gran trabajo, pero los diálogos no siempre están a la altura.

Hay roles desperdiciados, imagino que como consecuencia del cambio de realizadores. Alguien tan espectacular como Thandie Newton merece más tiempo a cuadro, perdónenme.

Han Solo: Una historia de Star Wars

Lo WTF de Han Solo: Una historia de Star Wars

Las declaraciones de los guionistas sobre la supuesta pansexualidad de Lando Calrissian. Resulta un poco extraño leerlas y después ver que la historia en sí no aborda ese tópico de forma convincente.

La androide L3-37 («leet», ¿captan?) distrae con su forzado discurso woke de empoderamiento. La corrección política es prácticamente un mandato en TODO lo que Hollywood produce a últimas fechas, pero cuando su aplicación rompe el esquema que nos ilusiona con estar «hace mucho tiempo, en una galaxia muy, muy lejana», está de más. Phoebe Waller-Bridge logra una gran actuación de voz, pero lo que dice nos acaba chocando un poco.

Hay más de una instancia donde me quedé pensando «el Han Solo que conozco no haría/diría eso». Entiendo la parte donde debemos asimilar que este Han es diez años más jóven que el de la película original de 1977, pero tiene aspectos de nobleza y heroísmo que no suenan del todo coherentes.

¿En serio se animaron a rescatar del limbo a uno de los poquísimos personajes que valían la pena dentro de las infames precuelas? Díganme que no me lo imaginé, por piedad.

Han Solo: Una historia de Star Wars

El veredicto

Una historia de orígenes que no le da demasiado importancia a su protagonista en su etapa de desarrollo primario, pero que recoge todo lo necesario sobre la personalidad de Solo para llevarnos por una trama de traiciones y plena desconfianza en todos los presentes.

Esta franquicia no necesita de la presencia forzosa de los Jedi y sus sables de luz para ser efectiva, y aquí lo demuestra con una película competente. ¿Te emocionará como cuando viste Star Wars de niño? No. Pero ya no eres un niño, ¿sabes?

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