Por Omar Morales

Son varias las personas involucradas en la producción de este disco, pero el capitán del equipo se hace llamar Timbaland. La lista de músicos que este hombre ha entrenado durante 23 años en salas de grabación es impresionante. Una pequeña muestra: Babyface, Aaliyah, Missy Elliot, Janet Jackson, Nas, Usher, Jay-Z, Nelly Furtado, Duran Duran, Björk, Rihanna, Madonna, Chris Cornell y, entre muchos otros nombres dorados, Justin Timberlake. Timbaland es uno de los productores más experimentados y efectivos en su rubro. Por más de dos décadas se ha dedicado a crear ritmos y sonoridades que han marcado tendencias y enriquecido el universo musical pop.

Justin Timberlake tiene 32 años y desde los 12, en distintos niveles y categorías, es una celebridad. Bailarín, cantante, actor, compositor, productor, empresario, filántropo, millonario y esposo de Jessica Biel. Envidiable por donde se vea. En 2002, posterior a su etapa Disney y ´N Sync, Timbaland produjo algunos tracks del primer disco solista de Timberlake. Mancuerna sólida desde entonces.

Justin Timberlake – Strawberry Bubblegum (Late Night With Jimmy Fallon) from Macken Entertainment on Vimeo.

Después de casi siete años de haber grabado su segundo álbum, FutureSex/LoveSounds también de la mano de Timbaland, 2013 marca el regreso a las canchas fonográficas de Justin Timberlake. En una entrevista el joven maravilla confesó que el título con referencias optométricas, The 20/20 experience, tiene que ver con el comentario de un amigo suyo después de escuchar algunas canciones de este disco: “Es música que se puede ver”… A mi juicio el amigo en cuestión abusó de la hipérbole, pero debo reconocer que lo mejor del nuevo trabajo de Timberlake es la sonoridad. Con esta producción Timbaland no rompe esquemas, simplemente puso en práctica el oficio que domina y transformó algunas canciones anodinas en extraordinarios pasajes musicales.

The 20/20 experience resulta un disco irregular por los esqueletos de las canciones, melódica y líricamente es simplón y predecible, pero el trabajo armónico, los arreglos y la producción son superlativos. Tres son los principales defectos que se perciben desde la primera escucha: las carencias vocales de Timberlake, la duración de los tracks y la ligereza de las letras. Un ejemplo de esto último: “She’s my little strawberry strawberry bubblegum, my little strawberry strawberry bubblegum, hey hey hey”… Suficiente. Como otras luminarias pop Timberlake debería comprar letras, pero los valores musicales de esta canción son inmensos, Strawberry bubblegum hace referencias a Barry White y Prince, y al minuto cinco sorprende con una mutación hacia el bossa nova electrónico para terminar con un coro extremadamente pegajoso. De diez canciones en este disco ocho superan los seis minutos de duración.

Desde hace décadas el big studio pop rara vez se atreve a cruzar la barrera de los cuatro minutos y esta regla no escrita se basa en una lógica implacable: no aburrir. Salvo un par de excepciones, Strawberry bubblegum y Let the groove get in, el resto del disco se convierte en un plomo al no ofrecer las variantes suficientes que justifiquen los tramos tan largos de cada composición. La voz de Timberlake es delgada y de potencia limitada, sin embargo se empeña en cantar con acentos y tonalidades negroides que de forma natural le son difíciles de alcanzar. De ahí que el trabajo vocal se escuche forzado y con exceso de maquillaje en momentos varios.

The 20/20 experience es un master class en producción pop que merece ser escuchado con atención, seguramente venderá millones a pesar de que la fanaticada no se explique la duración de las canciones y en los medios se escuchen versiones más cortas que las originales. Justin Timberlake es un showman robusto con un gran olfato para el éxito comercial y gracias a Timbaland en este disco ofrece un par de joyas, sugiero lo escuchen sin prejuicios estilísticos y probablemente se sorprendan como yo con algunos de sus elementos.