Por: Omar Morales @OmarInMorales

Lo confirmo y reitero, quien asegure saber mucho de música, miente. Hay especialistas por géneros y estilos, por épocas y corrientes, pero desconfíen si alguien se ufana de sus conocimientos porqueeluniversomusical esinabarcablepara cualquier mortal. Aunque insistan en colocarme la etiqueta no me reconozco ni asumo como crítico, me limito a contarles lo que escucho, soy músico autodidacta y melómano ignorante.

Vergüenza me da (aunque me he entrenado bien para disimularla) el no haber escuchado un disco entero de Pau Donés. Por prejuicios o circunstancias que no recuerdo, nunca había puesto atención a la música de Jarabedepalo (no es error mecanográfico, hace algunos años que el señor Donés decidió ahorrarse los espacios), pero días atrás un buen amigo (entusiasta de este grupo español) me asaltó con la pregunta “¿No vas a reseñar el nuevo disco de Jarabedepalo? Qué mamón…(ustedes disculparán la franqueza de mi amigo, pero así lo dijo). Ante la provocación compré la versión digital deSomos acambio de 120 pesos y lo he escuchado por lo menos 15 veces en los últimos tres días.

Por supuesto que he bailadoLa Flaca, que he visto el video de Bonito y en más de una juerga he cantado El lado oscuro, por algo Jarabedepalo es de los grupos hispanos más populares de los últimos años, pero un disco entero, no. Pues a quienes han cometido la misma falta que yo, hoy puedo decirles que deberían tomarse el tiempo de escuchar Somos de arriba a abajo porque virtudes le sobran.

El fuerte de Pau Donés es cantar historias, sus letras y melodías se pegan rápidamente a la memoria, de ahí que los arreglos sean contenidos y las armonías sencillas, los instrumentos están ahí para sostener la voz (las voces, ya que Donés recurre con mucha frecuencia a los duetos, tríos incluso), y sacrifican su lucimiento individual. No es música de malabaristas, son canciones populares que nos enganchan y conmueven. Pero sin duda quien sobresale es la hermosa bajista Carmen Niño, su sentido, solidez y precisión rítmicas son envidiables.

Somos abre con una bomba que combina funk y hip hop, un trabalenguas que se queja del maleficio mayor en el ser, la insatisfacción. No somos lo que queremos y eso frustra, canta Donés acompañado de una rapera venezolana (Gabylonia) y una gitana flamenca (La Duende). Bienvenida explosiva (y sorpresiva) que demuestra los escenarios y estudios de grabación recorridos por estos veteranos que dominan su oficio (no en baldeDonés raya el medio siglo), pero es también inicio peligroso, con un arranque tan potente es difícil mantener el paso. Por 12 canciones esperé una estrepitosa caída que nunca llegó, Somos se mantiene y, aunque un poco largo a mi gusto (yo hubiera evitado reiteraciones editándolo a 10 tracks), ofrece varias sorpresas más:

El dueto afroantillano con Ximena Sariñana (al estilo Pimpinela, con interacción ella-él incluida) que resulta pegajoso y efectivo como pocos. ¿A dónde vas con ese balanceo? pregunta él, No quiero un chico formal, yo busco un marinero… alguien que me quiera acariciar contesta ella, y yo voy a la tienda por coco y ginebra. En eltrack inmediato Donés se muestra con una de sus mayores habilidades, el blues, y Bala perdida suda las toxinas negras que de algún extraño modo infectaron al flamenco. El postre está a la altura del primer tiempo, Buenas noticias es una protesta social de humor guarro que nos recuerda lo jodida que puede ser la realidad y al mismo tiempo es inevitable sonreír y pararse a bailar con ella. El resto son de manufactura impecable y letras coherentes e inteligentes (cualidades escasas en el rock, de la que sin duda sobresale A mi novia le gustan las chicas), pero yo encontré la esencia del disco en estas cuatro canciones.

Letrista virtuoso, cantante suficiente, terrible bailarín (comprueben el último calificativo en los videos incluidos en esta reseña), Pau Donés está cerca de cumplir 20 años con Jarabedepalo. Insisto, si no han escuchado su música con atención, Somos es un gran disco para comenzar.