8 de octubre de 2013

Por: Omar Morales @OmarInMorales

Existen razones suficientes para que la trayectoria musical de Moby pueda ser calificada como envidiable: tiene 48 años, a los 9 inició su formación artística con clases de guitarra clásica y solfeo, a los 17 formó un grupo de punk bautizado como Los Comandos del Vaticano, estudió filosofía en la Universidad de Connecticut, en 1990 editó su primer sencillo como solista (Mobility), 22 años después ha editado once discos de estudio de los que ha vendido poco más de 20 millones de copias y han provocado unos tres mil conciertos, ha colaborado con tótems de la altura de David Bowie, Metallica, Brian Eno, Public Enemy,Lou Reed, Michael Stipe, Bono…

Además es fotógrafo, ensayista, un inquieto activista en pro de los derechos (respeto e igualdad) de los homosexuales y los animales (al respecto escribió: “Along time ago only kings had rights, then rights were extended to property-owning white men, then all men, then women, then children, then the mentally retarded, now we’re agonizing over the extension of basic rights to homosexuals and animals…“). Moby tiene un lazo sanguíneo con Herman Melville (de ahí su apodo) y creo que la fortuna biológica jugó a su favor.

My Moby Dick: Moby from Niche.LA Video Art on Vimeo.

Tengo la impresión de que algunos sectores del público y la crítica no le han otorgado a Moby el reconocimiento que se merece. Sabe de teoría musical, procesos electrónicos y digitales, canta, toca cuatro instrumentos y algunas de sus composiciones conjugan un par de virtudes importantes en esta industria: conectan con las masas y son concebidas con sólidos valores de producción.

Hace unos días el señor Melville lanzó a la venta su onceavo disco de estudio y ha dejado en claro que aún le faltan mares por explorar. Sus trabajos anteriores emergieron del individualismo y el encierro, salvo algunas voces invitadas Moby se encargó de la composición, ejecución de la mayoría de los instrumentos, grabación, mezcla y producción (todo un control freak, pues).

Pero Innocents es un trabajo basado en las colaboraciones con Inyang Bassey,Cold Specks, Damien Jurado, Skylar Grey, Wayne Coyney Mark Lanegan. Los invitados de Moby cantaron, influyeron en letras, melodías e incluso contrató a un reconocido productor del universo pop,Mark Stent, quienha llevado las riendas en decenas de discos multiplatino, de The Cult a Muse pasando por Depeche Mode, las Spice Girls, Björk, Lady Gaga, Coldplay y Madonna, su sonido es marca registrada (literal, una compañía de software dedicado a la producción musical desarrolló algunas herramientas que llevan su nombre y emulan su trabajo en las consolas de grabación).

De unos discos para acá Moby se ha ido alejando de las pistas de baile y los himnos festivos para concentrarse en la electrónica contemplativa. Escuchado con expectativas forzadas y algo de mala leche, Innocentspuede ser tachado de aburrido e inútil, pero si ponemos atención a los detalles auditivos y nos olvidamos de su pasado, resulta un disco sereno y reflexivo que habla de miedos universales y la vulnerabilidad humana.

Innocents carece de la fuerza para trascender y transformar, es sólo un disco prolijo marcado con la sonoridad artesanal deMoby, de producción impecable y algunas canciones que se adhieren a la memoria con facilidad. Mis favoritas: Almost home (con Damien Jurado), The last day (Skylar Grey),Don’t love me(Inyang Bassey)y The lonely night (Mark Lanegan).

Moby & Mark Lanegan ‘The Lonely Night’ from Moby on Vimeo.