La obra de Calle es un monumento al ingenio y a la simpleza: trata con ideas tan claras que, al terminar de ver una exposición suya, es fácil decir: “Yo quiero hacer un proyecto de ésos”.

En “Suite veneciana”, siguió a un hombre anónimo durante días, ilustrando su espionaje con textos y fotografías, mientras que en “La sombra” contrató a un investigador privado para que la siguiera, también registrando lo que se sentía ser “vigilada”.

Sophie Calle nos contó que vivió un año en el DF, en 1974; fue vecina de la colonia Jardines del Pedregal.

Así, los límites de la vida privada y del arte son los temas más comunes en la obra de Calle, aunque ella –como veremos– no lo piensa así. La entrevistamos por su nueva exposición “Cuídese mucho”, en la que la artista tomó la carta de despedida de un amante suyo y se la dio a 107 mujeres con profesiones distintas, para que analizaran e inventaran a partir de ella.

¿Por qué te interesa exponer tu intimidad?
No creo que mi obra trate sobre mi intimidad. Yo decido de qué hablo, y hay muchísimas cosas de mí que no aparecen.

Es innegable que tu obra trata sobre lo privado.
Tú puedes descubrir más de mí en esta conversación que viendo mis piezas.

¿”Cuídese Mucho” es un acto vengativo?
Puedo entender por qué puede verse así, pero la carta que él me mandó, una vez que se trabajó tanto, que la leí tanto, que tanta gente la interpretó por mí, terminó por no significar mucho.

¿Conocías el trabajo de las 107 mujeres elegidas?
Si acaso conocía el trabajo de unas siete, que fueron con las que inicié el proyecto. Las demás se incorporaron por recomendaciones. Lo que me interesaba es que su trabajo fuera muy apreciado.

¿El hombre se enteró lo que hiciste con su carta?
Sí. Se lo tuve que decir. Al principio se sorprendió mucho, pero terminamos siendo amigos de nuevo.

¿Y qué sientes ahora con relación a esa carta?
Eso sí es algo privado.

Cuídese mucho
Museo Tamayo, hasta 1 marzo
mar-dom 10-18 h
$19, dom entrada libre