Desde hace 25 años, el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes ha sido, sobre todo en su programa enfocado en el otorgamiento de becas para los Jóvenes Creadores más prometedores del país, un paso obligado para el quién es quién en el medio de las artes en México.

De Gabriel Orozco a Pablo Rasgado, pasando por Minerva Cuevas, Abraham Cruzvillegas, Betsabeé Romero, Demián Flores, Manuel Rocha y Daniel Guzmán, el programa ha beneficiado «a más de 3,000 jóvenes artistas», según Moisés Rosas, director de la institución; con carreras en ciernes, dando un apoyo fundamental para que su práctica termine «perfilándose a la profesionalización y no se pierda en el intento de sobrevivir mientras tanto», afirma.

El sistema es relativamente sencillo, jóvenes a lo largo y ancho de toda la República aplican, especializándose en ocho disciplinas distintas: arquitectura, artes visuales, danza, letras, letras en lenguas indígenas, medios audiovisuales, música y teatro.

Hay 50 tutores (artistas consolidados) que los asesoran si los comités de selección los eligen, y se les da una beca mensual para que puedan trabajar en el proyecto que presentaron. Así, con un cuarto de siglo recorrido, el Fonca se siente más fuerte que nunca, «con 200 becarios, el número más alto de nuestra historia» y con una reputación innegable.

Aquí una lista de los proyectos actuales más interesantes.

Omar Rodríguez Graham

La exploración de Omar lo ha llevado a los límites de su propio lenguaje: ¿hasta qué punto puede la pintura convertirse en escultura? Y al revés. El lienzo es espacio para crear elementos tridimensionales, a partir de la bidimensionalidad, y utiliza objetos en tercera dimensión para crear, a su vez, arreglos netamente pictóricos, que van explorando estas relaciones entre el límite de la pintura como lenguaje y como forma.

DF, 1978. Es licenciado en Artes Plásticas y maestro en pintura. Ha expuesto de manera individual en Filadelfia, Bogotá, DF y en Suiza, Dallas y Alemania.

Leo Marz

En su proyecto trata de buscar la obra Final abierto, de Iván Abreu, artista sonoro y multimedia (cubano naturalizado mexicano), que se perdió entre Italia y México.

La anécdota es ésta: un coleccionista había mostrado interés por la pieza, por lo que se tasó en aduana al precio que había ofrecido –lo que incrementó los impuestos dramáticamente–. Finalmente, el coleccionista no apareció y Abreu no pudo pagar los impuestos, por lo que fue regresada a Nápoles, donde nadie quiso pagar el gravamen. Y así, fue brincando de un país a otro, subiendo su tasa impositiva, hasta que se perdió. La idea del proyecto es hacer que la pieza regrese al mundo material, a partir de técnicas arqueológicas básicas y relatos anecdotarios.

Jalisco, 1979. Tiene maestría en Nuevos Medios por la Universidad de Donau, Austria. Ha sido becario del Fonca, Jumex y otros programas. Exhibe constantemente en Europa.

Sofía Cruz

Hay una moda llamada, en los círculos académicos, la “estética relacional”, en ella, los artistas invitan a la audiencia a cenar en medio de una galería, hacen que se lleven parte de la obra o hacen que la audiencia sea la obra en sí misma.

El proyecto de Sofía sigue esas líneas, aunque busca darle la vuelta: quiere hacer que su casa sea el albergue de una serie de piezas en sitios específicos con los cuales la gente pueda relacionarse, jugar, reflexionar. Sin embargo, esto no hace de su casa una galería o un museo; su hogar no deja nunca de fungir como tal. De esta forma, una de las tendencias más fuertes de la plástica contemporánea reforma su discurso, obtiene nuevos fundamentos y dinámicas: la casa no se convierte en museo, sino en casa. La audiencia no sólo se “relaciona”, sino “vive”.

DF, 1989. Estudió en La Esmeralda y se especializa en la Academia de Bellas Artes de Viena. Se enfoca al dibujo y a las técnicas formales, pero ahora involucra video, instalación y fotografía.

Norma Sandoval

¿Qué ocurriría si alguien habitara las casas muestra que exhiben los agentes de bienes raíces? Qué lugares más extraños, por su artificialidad, vacío y engaño: quieren hacernos sentir en casa para vendernos un pedazo de tierra. De eso trata el proyecto de Norma Sandoval: habitar por periodos cortos estos espacios “ideales”, con su esposo y su hija, y registrar lo acontecido.

¿Puede vivirse ahí la vida “ideal”? Eso se promete. La vida cotidiana sucede en otra parte, y ese extraño contraste, entre el deber ser y el ser, es lo que se explora a través de su serie de fotografías.

DF, 1984. Fotógrafa que ha dedicado su vida profesional al diseño y a la comunicación visual. Ha sido seleccionada en la Bienal Nacional de Arte Emergente y en la XVI Bienal de Fotografía del Centro de la Imagen.

Rafael López Uriegas

A través de pintura, dibujo y litografía, el profundo conocimiento que López Uriegas posee de las tradiciones pictóricas modernas y clásicas se ve apropiado para servir al arte contemporáneo.

Su fijación particular es el paisaje, pero retratando diversas selvas y playas de Morelos, Veracruz, Tabasco y Yucatán, Rafael ha logrado crear estructuras barrocas y coloridas que lo acercan más a la abstracción actual que al detalle costumbrista. Como principal influencia tiene al oscuro pintor estadounidense Charles Burchfield. Su obra es verdaderamente propositiva y fresca en un contexto en el que siempre se presume la novedad, pero pocas veces aparece en verdad.

Málaga, 1982. Estudió en La Esmeralda. Ha expuesto individualmente en las galerías Óscar Román, Toca y Border de la Ciudad de México, en Dinamarca y en Lima. Actualmente vive y trabaja en el DF.