La explicación y exploración de tan complejo sistema lingüístico resulta refrescante, divertida, interesante y llena la mente del mexicano (amo y señor de la palabra en cuestión) de preguntas acerca de su realidad inmediata y de las formas en las que se comunica.

De eso trata El Chingonario, un libro bellísimamente editado que busca poner en perspectiva los cómos y por qués de una palabra extraña, quizá la más extraña de todas en nuestro uso diario, cuya única reflexión anterior puede ser la clásica de Octavio Paz en su ensayo El Laberinto de la Soledad.

Así, Pilar Montes de Oca (chingona en muchas disciplinas) logra publicitar y rescatar una idea de suma importancia: la palabra soez, casi siempre censurada en los medios de comunicación masiva y en los círculos académicos, es un vehículo increíble para entender y analizar los procesos de pensamiento y lenguaje de un país caracterizado por la falta de educación, el abandono a la lectura, el desinterés por una acción política tangible y verdadera y el desprecio oficial por la cultura.

Más que levantar el velo de un tabú inquebrantable (porque decir eso sería una chingada estupidez), el Chingonario nos informa y nos enseña acerca de una palabra rara vez pensada que mucho revela sobre nosotros mismos.

Un placer.

El libro se puede comprar en cualquier librería de las "grandes" del país (llámese Ghandi, El Sótano, FCE, entre otras) y tiene un precio aproximado de $140 pesitos.