Wittgenstein solucionó (según él) discusiones tan bizantinas como que "si existimos o no existimos", que si "el taxi verde en realidad existe o solamente existe la idea que tenemos del taxi verde", "¿mi azul será su azul?", "¿qué pasa con el alma después de la muerte?" y demás joyitas de la historia del pensamiento. Así, el buen Ludwig lo deshechó todo de un plumazo y partió a una comunidad rural a dar clases de primaria. Total, el ya lo entendía todo.

Aunque regresó a la vida filosófica a pulir muchos de sus preceptos iniciales, el "Tractatus" generó una enorme influencia. Fue por ése libro que David Clark, artista de la internet, inició su amor e interés por el filósofo, y terminó por crear el proyecto web que hoy nos ocupa: "88 Constellations For Ludwig Wittgenstein (to be played with the left hand)".

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