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Descripción

Reseña

Por: Miranda Bringas

La inspiración para el diseño de este espacio tiene como eje el caos iconográfico de las calles chilangas. Objetos para la señalización vial, elementos decorativos de los locales de barrio y letreros de los paraderos de microbuses se despliegan en todos los salones.

Al subir las escaleras te recibe un vestíbulo muy conveniente para suavizar la espera (en caso de que el lugar esté lleno). En esta área está la chelajería, una barra con diseño de cerrajería en la que venden mezcal y cerveza en vaso.

El salón principal tiene un escenario elevado en el que se presentan bandas y DJs. Aquí también hay un área con techo retráctil donde podrás fumar cuando esté abierto. Al fondo del mismo está una combi acondicionada como barra en la que preparan sus bebidas clásicas: Martínez, con agua fresca de pepino, hierbabuena y limón, que puedes mezclar con vodka o mezcal, el Mauricio Garcés, con Lulú de piña y mezcal o el Ron Damón, con Lulú de grosella y ron blanco. Quienes prefieren tragos derechos pueden optar por el mezcal de la casa –blanco, joven– Rey Zapoteco o alguno de los que incluyeron recientemente en su menú: raicilla o el mezcal 400 Conejos, todos de estupenda calidad.

En el segundo nivel está la barra principal y una terraza enorme que da a la avenida de la Paz. Para botanear, los imperdibles son las tostadas de atún, las quesadillas de flor de jamaica, los sopes de cochinita, los nachos con frijoles maneados estilo Sonora o el fideo seco a los tres chiles. Un servicio extra de este lugar es el salón en el sótano, con capacidad para 80 personas, con karaoke y barra, que puedes reservar para fiestas privadas.