Cartografías líquidas

may 2610:00 amsep 17Del 26 de Mayo al 17 de Septiembre de 2017

Foto: Notimex

Detalles del evento

Por: Bartolomé Delmar

El asunto es que cuando se cita al filósofo Zygmunt Bauman como punto de origen de una exposición, la reflexión debe ser extenuante, profunda, nunca limitada por el tiempo ni los recursos. Pero un esfuerzo en conjunto entre España y México unió a 13 artistas, seis mexicanos y siete ibéricos, para trabajar las ideas del filósofo polaco en lo que pareciera ser un santiamén.

Seremos igual de irresponsables y trataremos de resumir el trabajo de uno de los pensadores emblema del siglo XXI en una sola oración: la Modernidad “sólida” trató durante años de remover lo desconocido y lo incierto a partir de burocracia, racionalización y límites. Luego entonces, aquello “líquido”, como las cartografías que trataron de ejecutarse en esta muestra, es todo aquello que busca abolir dicho orden represivo.

Hay muchas piezas en concordancia conceptual, que además resultan excelentemente ejecutadas: la colección de OVNIs realizada por Rosell Meseguer refleja bien estos posibles “nuevos límites”, así como las maltrechas peceras con supuestos elementos arqueológicos de Fernando García-Dory. La otredad de culturas, en el mundo contemporáneo, siempre resulta disidente. La Línea de césped de Maider López funciona bien, una cancha de futbol cortada por varios ejes que hace imposible el juego: de nuevo, la restricción de esa línea que es la vida moderna.

Las demás piezas no resuenan mucho, ni en su ejecución ni en la claridad de su intención conceptual. Son espacios grises en un tema que podría dar para muchos juegos con la vida cotidiana y la formación de nuestra identidad. Pero no sólo es porque son una gran mayoría, sino porque están presentadas con desgane y falta de contexto: la pieza de Mauricio Orduña, por ejemplo, requiere de un sistema de sonido que funciona rara vez. Batuc, de Miguel Fernández de Castro, pareciera ser un video interesante, pero resulta incómodo verlo y entenderlo bien en contexto. Lo mismo con El ojo que todo lo ve, una impresión sobre el techo de vidrio del museo que no se ve más que la mitad del día.

Es, pues, una exposición con una temática rica, pero quizá demasiado ambiciosa para los propios alcances del museo. Al menos así se ve. Y no es que el Carrillo esté condenado, de ninguna forma: muchas veces han logrado mucho (pienso en Los informalistas, Los irrespetuosos o la maravilla de exposición de Orozco que está en muestra ahora mismo) con muy poco. Ahí la lección de la modernidad.

Horario

Dom : 10-18 h.
Mar : 10-18 h.
Mié : 10-18 h.
Jue : 10-18 h.
Vie : 10-18 h.
Sáb : 10-18 h.

Ubicación

Museo de Arte Carrillo Gil

Av. Revolución 1608 Esquina con Altavista

Precio

45, domingo gratis

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En taquilla

Próximas fechas